10/01/1988-22/05/2008 |
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su estar en todas partes
su percusión encima de nuestras cosas / ¿nuestras?
pa pum papa pum papapa plash plash
“tápese los oídos, tápese los ojos” —decían por costumbre
los que no eran de la familia—
pero no provocaba / preferimos ver hasta el final
podría dedicarme a esto —decía—, simplemente, hasta que
no sepan nada
de mí
de nosotros de todos ustedes
señores y señoritas
“tápese la cabeza, tápese la boca”
porque ya tiene un
hueco
ahí y
allí y
allá
¿uno?, ¿dos? siete agujeros del tamaño este / como el mío
mírelo bien, tápese los ojos
por donde salgo, a diario me despeño, aunque los demás en
gracia
les caiga
usted que está en todos lados Sonando
lo ha visto
su música viva de su negra mano lo ha vivido
y ve que el mundo no cambia
yo cambio a mitad
las lagunas de mi pecho crecen caminando
no supe cómo hacer días, prestar atención
que no entendimos los palacios, sus almas mesuradas
usted que habla con mamá, con Dios en la negra música
que me ve cortándome las manos y sacándome los ojos de
la fría cuenca
avise de cómo suena la esfera que nos corroe
¿qué hacemos con sus notas enrevesadas?
mire que su ausencia, querido hermano,
tiene una música / la
otra
siempre siempre siempre
y está en los discos que me miran de aquí para allá, por
horas, en la habitación,
está cuando ya no hay nadie en el mundo
aquí ahí allá
acá donde callamos
las siete voces huecas, sus negras cuencas vacías
que nadie lo pregunta
que nuestra madre lo sabe
cuando camina en círculos sobre la arena
hasta exhausta quedar, al fin del año, mirando un cielo
“raro” dice
que nuestro padre le duele la cabeza y no se queja
y sabe de lo que escondemos
camina en ese sol por los inútiles de la casa sola
que nos vamos huyendo por toda la orilla
usted lo mira; yo lo sé yo
no lo invoco, usted está
con lo que insiste
ahora que lo sabe todo
y que no he logrado un día completo aún
qué hago con tanta música, a dónde va que nos lleva
(José
Gregorio, 2010)
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