jueves, 12 de noviembre de 2015

María Sabina: una visión

Yo no pude dormir. Los santitos seguían trabajando en mi cuerpo. Recuerdo que tuve una visión: aparecieron unos personajes que me inspiraban respeto. Yo sabía que eran los Seres Principales de que hablaban mis ascendientes. Ellos estaban sentados detrás de una mesa sobre la que había muchos papeles escritos. Yo sabía que eran papeles importantes. Los Seres Principales eran varios, como seis u ocho. Algunos me miraban, otros leían los papeles de la mesa, otros parecían buscar algo entre los mismos papeles. Yo sabía que no eran de carne y hueso. Yo sabía que no eran seres de agua o tortilla. Sabía que era una revelación que los niños santos me entregaban. De pronto escuché una voz. Una voz dulce pero autoritaria a la vez. Como la voz de un padre que quiere a sus hijos pero que los cría con fuerza. Una voz sabia que dijo: “Estos son los Seres Principales…” Comprendí que los hongos m hablaban. Yo sentí una felicidad infinita. En la mesa de los Seres Principales apareció un libro, un libro abierto que iba creciendo hasta ser del tamaño de una persona. En sus páginas había letras. Era un libro blanco, tan blanco que resplandecía.
Uno de los Seres Principales, me habló y dijo: “María Sabina, éste es el libro de la Sabiduría. Es el libro del Lenguaje. Todo lo que hay en él escrito es para ti. El Libro es tuyo, tómalo para que trabajes…” Yo exclamé emocionada: “Eso es para mí. Lo recibo…”
Los Seres Principales desaparecieron y me dejaron sola frente al inmenso Libro. Yo sabía que era el Libro de la Sabiduría.
El libro estaba ante mí, podía verlo pero no tocarlo. Intenté acariciarlo pero mis manos no tocaron nada. Me limité a contemplarlo y, al momento, empecé a hablar. Entonces me di cuenta que estaba leyendo el Libro Sagrado del Lenguaje. Mi libro. El Libro de los Seres Principales.
Yo había alcanzado la perfección. Ya no era una simple aprendiz. Por eso, como un premio, como un nombramiento, se me había otorgado el Libro. Cuando se toman los niños santos, se puede ver a los Seres Principales. De otra manera, no. Y es que los hongos son santos; dan Sabiduría. La Sabiduría es el Lenguaje. El Lenguaje está en el Libro. El Libro lo otorgan los Principales. Los Principales aparecen con el poder grande de los niños.


Álvaro Estrada, Vida de María Sabina. La sabía de los hongos (1977) 

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