lunes, 12 de enero de 2015

La Mar y su música acuática



La Mar es una banda de rock venezolana, pero también es la recreación sonora de una idea. En honor al nombre que los identifica como grupo y siguiendo, en parte, las líneas propuestas por el importado Post Rock y el Post Metal sacan a la luz su primer trabajo (2012) como un oleaje que va entre ritmos sosegados y  enérgicas melodías. La mezcla es su esencia, si bien hay aires reconocibles de Pink Floyd, Explosions in the Sky, Tool, Mastodon, This Will Destroy You, Radiohead, Nine Inch Nails, Russian Circles, Rush, Deftones y Sigur Ros también existe una mezcla de todos ellos en sana armonía, bajo una nueva configuración. No se limitan al previsible calco de una banda de protagonismo internacional sino que aprovechan recursos trabajados por grupos guías de otras latitudes para inyectar una nueva savia en el cuerpo del rock venezolano. Tal hibridez es el corazón de esta propuesta musical y su voz peculiar dentro de la música nacional.

Angel Negrín (guitarra), Fernando Mendoza (bajo), Fernando J. Rodríguez (batería) y Pedro Deniz(sintetizador / guitarra) conforman la familia detrás de este recién proyecto musical que está edificado con nueve temas instrumentales mirando mayormente una composición que sea capaz de generar timbres y texturas que lleven imágenes que el oyente culminará o recreará bajo su particular mirada. Los riffs y acordes junto a la ayuda del sintetizador, el paseo entre ritmos minimalistas y serenos y acentos más dinámicos contribuyen a esa búsqueda de un tiempo-espacio generador de imágenes y de sensaciones. Música sugestiva, música que invita al viaje y con ello visitar impares geografías, música de fuerza delicada que dice sin voz o que motiva a la nuestra para que hablemos.


Es el mar como idea y base de sus sonidos. El disco comienza con un cálido y agradable sonido de olas y cierra acariciado por ese mismo eco de un lugar costeño. Entre estos dos detalles ambientales se desarrolla la imagen del mar, se busca el mismo ambiente de introducción y culminación del disco: olas que suben agresivas y enérgicas y luego rebotan en tierra calmadas y agradables. Juego binario y ritmo hipnótico, secciones rítmicas contemplativas y de animada acción dentro de un panorama musical venezolano que desde hace años pedía proyectos de esta naturaleza. La Mar se reconoce en un paisaje que nos re-crea musicalmente e impulsa un viaje hacia la imaginación y esto, apenas, es una de sus muchas virtudes. 



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